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Leer y escribir es un aprendizaje a lo largo y ancho de la vida

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Rosa María Torres


                                                                                          Dedicado a Emilia Ferreiro


Este texto, en versión reducida, fue publicado en inglés en el blog de NORRAG  con ocasión del Día Internacional de la Alfabetización: Learning to Read and Write is Life-long and Life-wide. (8 sep. 2023)

Se estima que en 1950 36% de la población adulta en el mundo estaba alfabetizada (Our World in Data). En 1958 la UNESCO adoptó esta definición de alfabetismo que se volvió muy conocida: “habilidad de un individuo para leer y escribir con comprensión un enunciado simple y corto relacionado con su vida cotidiana”. Las estadísticas de alfabetismo se han recogido desde entonces con esa definición en mente. A menudo se agrega la competencia aritmética (numeracy): sumar, restar, multiplicar y dividir (por ejemplo la meta 4.6. del ODS4: "Para 2030, garantizar que todos los jóvenes y al menos una proporción sustancial de los adultos, tanto hombres como mujeres, tengan competencias de lectura, escritura y aritmética"). En los últimos años la definición de lo que significa estar alfabetizado se ha expandido y complejizado, incluyendo el alfabetismo digital y múltiples habilidades (UNESCO, 2023).

La dicotomía analfabeto/alfabetizado es hoy obsoleta; se reconoce que hay diferentes niveles de manejo de la lengua escrita y diferentes tipos de textos. Está claro asimismo que el analfabetismo no resulta solo de la ausencia de escolaridad - los llamados analfabetos absolutos o puros - sino también de una escolaridad de mala calidad.

En 1964 la UNESCO publicó la Declaración sobre la Erradicación del Analfabetismo. En 1989 aprobó el Plan de Acción para Erradicar el Analfabetismo antes del Año 2000. La aspiración de erradicar el analfabetismo se ha abandonado y sustituido por la de reducirlo (reducir el analfabetismo a la mitad fue una de las seis metas de la Educación para Todos 1990-2015). También se ha abandonado la aspiración a universalizar el alfabetismo; la meta hoy es alfabetizara "todos los jóvenes (15-24 años) y a una proporción sustancial de los adultos” (ODS4, meta 4.6) (Torres, 2017; ver también Torres, 2013).

En las últimas décadas han avanzado poco las estadísticas de alfabetismo adulto. La Alfabetización para Todos se ubicó en el centro de la Educación para Todos (EPT) pero terminó siendo "una de las metas más descuidadas de la EPT". En 2005 se estimó que 770 millones de adultos no tenían habilidades básicas de lectura y escritura, dos tercios de ellos mujeres (Equipo del Informe Mundial de Seguimiento de la EPT en el Mundo, 2006). En 2023 eran 763 millones. Las cifras reales son probablemente mayores puesto que en muchos países éstas se basan en percepciones y autoevaluaciones (¿Sabe usted leer y escribir? Sí/No). El Decenio de las Naciones Unidas para la Alfabetización (2003-2012), coordinado por la UNESCO, tuvo poca visibilidad y poco impacto sobre la situación del alfabetismo en el mundo. La Estrategia de la UNESCO para la Alfabetización de Jóvenes y Adultos 2020-2025, sintonizada con el Objetivo de Desarrollo Sostenible 4 (ODS4), reconoció que "el número de adultos sin alfabetizar es hoy mayor que hace 50 años, lo que implica que nuestras actividades no han seguido el ritmo del crecimiento de la población" (UNESCO, 2019).

Subsisten muchos desafíos:

La alfabetización no tiene edad. Aplica a niños, jóvenes y adultos. No obstante, continúa asociándose principalmente a adultos. Las estadísticas de analfabetismo/alfabetismo se refieren a personas de 15 años en adelante. Las ilustraciones muestran por lo general personas adultas, incluso cuando se menciona el aprendizaje a lo largo de la vida. Muchos continúan asociando el propio aprendizaje a lo largo de la vida a la edad adulta.

La mayoría de personas concibe el aprendizaje de la lectura y la escritura como un aprendizaje que se hace en la infancia y en la escuela. Para quienes no han podido aprender en la infancia se organizan ofertas remediales de "segunda oportunidad". La alfabetización ha sido y sigue siendo una misión fundamental de la escuela, misión con la que la escuela viene teniendo grandes dificultades, especialmente en relación a los pobres y a los sectores más vulnerables. (Ver Torres, 2013. Presentación de “La alfabetización de los niños en la última década del siglo” de Emilia Ferreiro).

Lidiar con el analfabetismo implica no solo un "enfoque a dos puntas"– con niños y con adultos - sino un enfoque integrador que ve el aprendizaje como un contínuo, desde el nacimiento hasta la muerte (ver Torres, 2012). El Documento Base que elaboramos para el Decenio de las Naciones Unidas para la Alfabetización, y que fue discutido y aprobado en una sesión especial del Foro Mundial de Educación en Dakar (2000), adoptó una perspectiva de aprendizaje a lo largo y a lo ancho de la vida. Lamentablemente, la UNESCO decidió descartar dicho documento y entender el Decenio como alfabetización de adultos (Torres, 2011).

Se cree que enseñar y aprender a leer y escribir es cuestión sencilla. A jóvenes y adultos sin o con poca escolaridad se les ofrece campañas y programas cortos de alfabetización y post-alfabetización. Lo que se considera "retorno al analfabetismo" es a menudo resultado de procesos incompletos de alfabetización así como de falta de materiales y de oportunidades para leer y para escribir. En cuanto a la alfabetización escolar, hasta hace no mucho se la pensaba como un objetivo del primer grado o de los dos primeros grados. Por muchos años se asumió que cuatro años de escolaridad eran suficientes para declarar a alguien alfabetizado y para superar el llamado "analfabetismo funcional" (leer sin comprender lo que se lee, escribir sin lograr que otros comprendan lo escrito). Hoy se espera que niños y niñas de toda condición social, en todo el mundo y en todas las culturas, sean lectores competentes a los 10 años de edad, sin atención a los obstáculos monumentales que enfrentan millones de ellos producto de la pobreza, el racismo, el sexismo, la discapacidad, la enseñanza en lenguas que no manejan y la mala escuela. El término "pobreza de aprendizajes" propuesto por el Banco Mundial en 2019 se refiere a "niños que no pueden leer y entender un texto simple a la edad de 10 años" (Saavedra, 2019). El Banco había propuesto como meta al año 2030 reducir a la mitad la "pobreza de aprendizajes". No obstante, después de la pandemia esto ya se considera inviable. Hoy se estima que el 44% de niños y niñas de 10 años seguirá sin poder leer comprensivamente en 2030. (Azevedo et.al. 2021).

En 2013, cuando el plazo de la Educación para Todos (1990-2000-2015) y de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (2000-2015) estaba por concluir, se descubrió que millones de niños no podían leer, escribir y calcular después de cuatro o más años de escuela (UNESCO, 2013; Equipo del Informe de Seguimiento de la EPT en el Mundo, 2015; UIS-UNESCO, 2017). La UNESCO y otras organizaciones internacionales hablaron de "crisis global de aprendizaje". La Comisión Internacional sobre los Futuros de la Educación (2021) habló también de "crisis de la enseñanza". En realidad, estamos ante una crisis global de la educación que involucra no solo al sistema escolar sino también a la familia y a la comunidad. Una crisis sistémica que precede a la pandemia y que exige una transformación radical en varios frentes (Torres, 2023). En 1991, en América Latina, en una reunión ministerial regional coordinada por la UNESCO-OREALC, los ministros de educación firmaron la Declaración de Quito, en la que propusieron avanzar hacia un "nuevo modelo educativo" y anunciaron el inicio de una "nueva etapa de desarrollo educativo que responda a los desafíos de la transformación productiva, de la equidad social y de la democratización política". Más de 30 años después el viejo modelo sigue en pie (Torres, 2014).

”Crisis de aprendizaje" y "pobreza de aprendizajes" son conceptos que están hoy en el centro de la reforma educativa global. Ambos giran en torno al sistema escolar. La "pobreza de aprendizajes" se refiere a la lectura (no incluye la escritura, una habilidad esencial). Existe, no obstante, mucho conocimiento que muestra que las primeras intuiciones y los primeros acercamientos a la alfabetización - y a la lectura en particular - se dan en la primera infancia y que éstas son altamente sensibles al contexto, a la familia, a aspectos socio-económicos, de género, culturales y lingüísticos (Torres, 2015). El acceso a la biblioteca (familiar, escolar, comunitaria, ambulante) y a variados materiales de lectura y escritura, en el papel y en la pantalla - cartas, afiches, periódicos, revistas, comics, libros, catálogos, menús, subtítulos en la televisión, calendarios, etiquetas, graffiti, textos producidos por los propios niños (Torres, 2012) - hace una gran diferencia. Existe asimismo una fuerte correlación entre educación de la madre y adquisición y desarrollo de la lectura de los hijos. Así pues: la alfabetización implica no solo aprendizaje a lo largo de la vida sino también a lo ancho de la vida. Asegurar y fortalecer los aprendizajes fundacionales implica ver más allá del sistema escolar, tener en cuenta a la familia, la comunidad, los medios, el mundo del trabajo, el mundo digital, la alfabetización/educación parental, las bibliotecas, el juego, el aprendizaje informal, el aprendizaje intergeneracional y entre pares, y el irrenunciable combate a la pobreza.

La autora

Rosa María Torres del Castillo (Ecuador) es educadora, lingüista y activista social especializada en educación básica, cultura escrita, y aprendizaje a lo largo de la vida. Ha trabajado como asesora en organizaciones de la sociedad civil y en organismos internacionales como UNICEF y UNESCO. En 1988-1990 fue Directora Pedagógica de la Campaña Nacional de Alfabetización “Monseñor Leonidas Proaño” y en 2003 fue Ministra de Educación y Culturas, en el Ecuador. Es autora de más de 15 libros y de cientos de artículos sobre educación y aprendizaje.


Notas:
- Diferenciamos alfabetización (proceso de enseñar y/o aprender a leer y escribir) y alfabetismo (estado, condición o tasa de analfabetismo/alfabetismo). 
- Numeracy es traducido al español como competencia numérica o competencia aritmética. También como cálculo o matemáticas básicas. Ver por ejemplo Glosario, IIPE Learning Portal https://learningportal.iiep.unesco.org/es/glossary


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